jueves, 31 de mayo de 2007

La Revolución de 1891

Provocó el fin del régimen presidencial.



Quizás una de las épocas de mayor auge económico del país, en plena exportación de salitre, donde evidentemente todos querían tocar una parte de la divisas que entregaba el país. recordemos también que en esta época se construyeron numerosos adelantos para el país.




Los intereses diversos de Balmaceda y de los partidos frente a las futuras elecciones produjeron la caída sucesiva de sus gabinetes. Con esto se iría cada vez más anulando toda posibilidad de entendimiento. En octubre de 1890, Balmaceda clausuró el período extraordinario de sesiones, sin que se hubiesen despachado las leyes de presupuesto y de fuerzas del Ejército. Formó, entonces, un nuevo gabinete de amigos personales.
El 1 de enero de 1891, Balmaceda hizo público un manifiesto en el que declaraba que regiría para este año el mismo presupuesto del año anterior. Con ello asumía funciones propias del Congreso y establecía una dictadura de hecho.
Jose Manuel Balmaceda



El año de la crisis,1 de enero de 1891


El Congreso respondió saliéndose también del marco constitucional, y reaccionando con el apoyo del ejercito con la intencion de destituir al presidente.
El Presidente reaccionó declarando, en una Proclama pública del 7 de enero de 1891 que, dada la situación de ingobernabilidad producida, se renovaban las mismas leyes sobre esa materia dictadas el año anterior.



Finalmente se destituyo al presidente por la fuerza. Pronto se constituyó, en Iquique (12 de abril), una Junta Revolucionaria, formada por el capitán de navío Jorge Montt; el vicepresidente del Senado, Waldo Silva, y el presidente de la Cámara de Diputados, Ramón Barros Luco.


La Guerra Civil


El 7 de enero de 1891 la Escuadra Nacional, mandada por el capitán de navío Jorge Montt, abandonó Valparaíso hacia el norte, zona donde se ubicaban las salitreras, las cuales serían como su caja de fondos. Así se dio inicio al conflicto armado contra Balmaceda. La revolución estaba apoyada por parte de la aristocracia y la clase media.
Al enterarse Balmaceda, dictó un decreto por el cual asumía todo el poder público. Entre las actividades que desarrolló se preocupó de elevar en un 50 por ciento los sueldos del ejército, crear nuevos cuerpos militares y policiales, destituir a los marinos amotinados, suspender las comunicaciones telegráficas y telefónicas entre particulares e interceptar la correspondencia de los sospechosos. Sin embargo, las tropas balmacedistas fueron derrotadas en las batallas de Concón y Placilla, en agosto de 1891.


La muerte de Balmaceda

Al conocer Balmaceda la noticia de la derrota, delegó el mando en el general Manuel Baquedano (28 de agosto), quien era neutral en la contienda; a sus órdenes puso la guarnición militar para el resguardo de la población. Ese mismo día se dio comienzo a un violento saqueo a las residencias de destacados balmacedistas, en la ciudad de Santiago y otras ciudades.
De ahí, dejó a su familia en la embajada estadounidense, y él se asiló en la legación argentina. Redactó varias cartas a sus familiares y amigos, entre ellos, al ex-presidente de Argentina Bartolomé Mitre, y un testamento político en el que explicó su actitud ante el Congreso.
El 18 de septiembre de 1891, el mismo día que concluía su mandato presidencial, se vistió de negro y, tendido sobre su cama, se suicidó.


Balmaceda, al igual que Allende –ochenta y dos años después- confió en el ejército chileno y ambos se equivocaron. "La guerra civil de 1891 fue una experiencia traumática para la sociedad chilena y su secuela de odiosidades permaneció durante generaciones, aunque la historiografía oficial se empeñe en ocultarlo. El conflicto de poderes y el martirio del presidente Balmaceda han encubierto una realidad dramática cuyo patetismo apenas alcanzamos a comprender después de un siglo." Los meses de guerra significaron cerca de diez mil bajas, entre muertos y heridos. Chile contaba entonces con tres millones de habitantes, pero la población económicamente activa resintió la ausencia de esos brazos. Los gastos totales de la "revolución" fueron calculados en cien millones de pesos, agregándose ‘el predominio en la dirección financiera de la República de un grupo reducido de personas que representaban las grandes fortunas, cuyos intereses confunden con los intereses generales del país’".


Interés internacional.



La guerra en Chile concitó gran atención en el resto del mundo, convirtiéndose en un foco de atención para la prensa internacional. Los Estados Unidos apoyaban abiertamente a Balmaceda, mientras Gran Bretaña, no ocultaba sus preferencias por el partido de los revolucionarios.




La Guerra Civil de 1891 visión desde el ejercito.


Como ya es conocida en los libros de historia, la contienda fratricida de 1891, encontraría al Ejército, por su natural y doctrinaria distancia con respecto a la política, alejado de las dos tesis en pugna y no se involucró durante la larga lucha entre el Ejecutivo y el Legislativo, previas al inicio del conflicto armado. Una vez detonado éste, la gran mayoría del Ejército, consecuente con la doctrina institucional y su respeto a la Constitución, no dudó en ponerse junto al Presidente Balmaceda.

Una vez terminado el conflicto y establecido el nuevo Gobierno, el 2 de enero de 1892 se materializó legalmente la existencia del nuevo Ejército, fijándose su dotación en 6.000 plazas. También el Gobierno, convencido de la importancia del Servicio Militar Obligatorio, encargó el 2 de febrero de 1899 la redacción de un proyecto de ley, que luego de algunas modificaciones, se convirtió en Ley de Reclutas y Reemplazos del Ejército y la Armada, siendo promulgada en septiembre de 1900.

Reflexion recomendada para entender la revolucion desde el punto de vista de:
Gastón Tagle Orellana. Profesor de HistoriaMagister en Historia UniversalPh. D (D)


NÚÑEZ P., Jorge: 189

Bibliografia recomendada:1 Crónica de la Guerra Civil. Santiago: LOM Ediciones, 1ª edición, 2003.

San Francisco, Alejandro; La Guerra Civil De 1891 Tomo 1 La Irrupción Política De Los Militares. Editorial: Centro De Estudios Bicentenario 2001.

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